Hay veces que durante la adolescencia y la pubertad el tejido mamario no se desarrolla correctamente, lo cual supone que los pechos crezcan con una malformación. En general, las mamas se vuelven asimétricas, alargadas y pequeñas, aunque completamente desarrolladas, con unas areolas típicamente grandes. Cuando esto ocurre, se le otorga el nombre de pechos tuberosos, debido a la forma de tubo que adquieren los senos.
Qué son los pechos tuberosos
Es importante señalar que las mamas tuberosas no son una enfermedad, sino una anomalía congénita, no hereditaria y que no puede detectarse hasta el momento de la pubertad. Dicho esto, cabe destacar que los senos tuberosos no implican ningún riesgo para la salud de la persona que los padece, aunque sí pueden afectar de otras maneras: es muy probable que la adolescente que los sufra tenga complejos con su cuerpo por ser algo atípico, lo cual afecta a su autoestima y, por lo tanto, a su vida en general.
Tratamiento de los pechos tuberosos
Por suerte, existe una técnica que se encarga de tratar las mamas tuberosas. El tratamiento consiste en una intervención quirúrgica cuyo objetivo es moldear y ajustar el tamaño del pecho. Se colocan implantes en los senos para modificar la forma de estos y se reconstruye la base mamaria. Por lo tanto, este tratamiento puede combinarse con otros como la mamoplastia de aumento o la mastopexia. La intervención dura entre una y dos horas y se realiza bajo anestesia general.
Si crees que tienen pechos tuberosos o que es el caso de algún familiar en la etapa de adolescencia, no dudes en contactar con nosotros. En Aumento de pecho Barcelona valoramos cada caso de forma personal para recomendar a la paciente el tratamiento que más se adapte a su cuerpo y a sus necesidades.